Lo sé. Sé que jamás he tenido ni la constancia, ni la disciplina, ni muchas cosas, realmente. Cuando dije que era una adicta, lo decía en serio.
"No, cosi, no lo eres".
Lo soy. Esto me recuerda a cuando, hace cuatro o tres años atrás, dos personas más se fueron también una tarde. La chica dijo que empezarían un nuevo viaje juntos. Nunca más les volví a ver. No hizo falta algo tan drástico para no volver. Yo, en cambio, necesito un ladrillo para aprender. No un ladrillo, una pared. ya está mi pared. Espero que esto sirva para aprender, no sólo lo malo sino también lo bueno que se puede ver en esas situaciones que te obligan a ser cruel.
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